March 29, 2024

Washington, D.C. – The follow statement has been issued by Cardinal Daniel N. DiNardo, of Galveston-Houston, President of the U.S. Conference of Catholic Bishops (USCCB), in support of Pope Francis’ video message issued today during National Migration Week. National Migration Week is an opportunity to recognize the contributions of immigrants, refugees, migrants and survivors of human trafficking in our communities as well as to highlight the work of the Church to serve and accompany newcomers. The theme for National Migration Week 2017 draws attention to Pope Francis’ call to create a culture of encounter.  Today, the Archdiocese of Los Angeles played Pope Francis’ taped video message at the end of a Mass as part of National Migration Week celebrations. The video of Pope Francis’ remarks can be found at the 56 minute mark in the following link: https://www.facebook.com/NOELDIAZESNE/videos/1716869905005089/

Cardinal DiNardo’s statement in both English and Spanish as follows:   

This week, in large cathedrals and small parish churches across the country, people of faith are celebrating National Migration Week with prayer and sharing. This morning in Los Angeles, Pope Francis joined that prayer with a special video message.  It was an excellent reminder of how the universal Church gathers us, no matter our station in life, as one body in Christ.

In the days and weeks ahead, there will be intense debate over immigration reform and refugee policy. Ultimately, the question is this: Will our nation treat all migrants and refugees, regardless of their national origin or religion, in a way that respects their inherent dignity as children of God? Pope Francis reminds us we are all equal before God.  In equal measure, we are in need of and can receive God’s great mercy.  This is what makes us sisters and brothers, regardless of how we chose to divide ourselves.

Achieving “one nation under God” has not always been easy, but each earlier period of immigration has ultimately strengthened our society.  Those who seek to do us harm must be kept from our shores, but those fleeing persecution in need of hope and ready to help us build a better America must be welcomed. We need not sink into the darkness of isolation.  Comprehensive immigration reform and a humane refugee policy are equally necessary and possible. We join our voice with the Holy Father and the universal Church in a continued witness to the love that unites us, praying for the strength to resist the fear that divides us.

Mensaje del presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos y respuesta al mensaje por video del papa Francisco durante la Semana Nacional de la Migración, 8-15 de enero

Washington, D.C. – La siguiente declaración ha sido emitida por el cardenal Daniel N. DiNardo, de Galveston-Houston, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés) en apoyo al mensaje por video del papa Francisco emitido durante la Semana Nacional de la Migración. La Semana Nacional de la Migración es una oportunidad para reconocer las contribuciones de inmigrantes, refugiados, migrantes y sobrevivientes de la trata de personas en nuestras comunidades, así como para resaltar el trabajo de la Iglesia en el servicio y acompañamiento a los recién llegados. El tema de la Semana Nacional de la Migración 2017 llama la atención sobre el llamado del papa Francisco a crear una cultura de encuentro. Hoy, al final de una misa como parte de las celebraciones por la Semana Nacional de la Migración, la Arquidiócesis de Los Ángeles reprodujo el mensaje por video.

La declaración del cardenal DiNardo es la siguiente:

Esta semana, tanto en las grandes catedrales como en las pequeñas iglesias parroquiales de todo el país, las personas de fe están celebrando la Semana Nacional de la Migración orando y compartiendo. Esta mañana en Los Ángeles, el papa Francisco se sumó a esa oración con un mensaje especial por video. Fue un excelente recordatorio de cómo la Iglesia universal nos congrega, sin importar nuestra posición en la vida, como un solo cuerpo en Cristo.

En los días y semanas que vienen, habrá un intenso debate sobre la reforma migratoria y la política de refugiados. En última instancia, la pregunta es esta: ¿Tratará nuestra nación a todos los migrantes y refugiados, con independencia de su origen nacional o religión, de una manera que respete su dignidad inherente como hijos de Dios? El papa Francisco nos recuerda que todos somos iguales ante Dios. En igual medida, necesitamos y podemos recibir la gran misericordia de Dios. Esto es lo que nos hace hermanos y hermanas, sin importar cómo escojamos dividirnos.

Lograr “una sola nación bajo Dios” no siempre ha sido fácil, pero cada periodo anterior de inmigración ha fortalecido en última instancia nuestra sociedad. Aquellos que buscan hacernos daño deben ser mantenidos fuera de nuestras costas, pero aquellos que huyen de la persecución necesitados de esperanza y dispuestos a ayudarnos a construir un mejor Estados Unidos deben ser bienvenidos. No debemos hundirnos en la oscuridad del aislamiento. Una reforma migratoria integral y una política humanitaria de refugiados son igualmente necesarias y posibles. Aunamos nuestra voz con el Santo Padre y la Iglesia universal en un permanente testimonio del amor que nos une, orando por la fortaleza para resistir el miedo que nos divide.